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12 noviembre, 2022

La obesidad infantil afecta tanto a niños como a adolescentes. El sobrepeso a menudo genera problemas de salud que antes se consideraban problemas de adultos, como la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto. La obesidad infantil también puede generar baja autoestima y depresión.

Los niños con obesidad pueden experimentar situaciones adversas, como provocaciones y acoso por parte de sus pares. Esto puede ocasionar la pérdida de autoestima y un riesgo elevado de depresión y ansiedad. Por esto es importante trabajar en su prevención.

Algunas recomendaciones para ayudar a prevenir el aumento de peso excesivo del niño pueden ser:

  • Hacer de la alimentación saludable y la actividad física regular un asunto familiar. Todos se beneficiarán y nadie se sentirá señalado.
  • Tener a mano colaciones saludables como frutas, yogurt descremado y cereales.
  • Ofrecer nuevos alimentos varias veces, por lo general, se necesitan varios contactos con un alimento hasta su aceptación.
  • Elegir recompensas que no sean alimentos; no prometer dulces por el buen comportamiento.
  • Asegurarse de que el niño duerma lo suficiente; algunos estudios indican que dormir muy poco puede aumentar el riesgo de obesidad. La privación de sueño puede causar desequilibrios hormonales que conducen a un aumento del apetito.
  • Acudir a la visita anual con el pediatra favorece a llevar un control de peso y talla saludables y brinda un espacio de contención para poder despejar dudas y adquirir consejos de prevención.

Los comportamientos aprendidos durante la infancia se mantienen en la vida adulta. Por lo tanto, la mejor medida para prevenir la obesidad o sobrepeso es mediante una alimentación sana desde la infancia, acompañada de la práctica regular de ejercicio y el descanso necesario.

Mariana Ferrara

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11 noviembre, 2021

Según la World Heart Federation, la obesidad es una de las tres mayores enfermedades crónicas del mundo y tiene un impacto económico similar al de las guerras y el tabaco. En la Argentina, se considera que ya adquirió proporciones epidémicas.

La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los ataques cerebrovasculares, así como varios tipos de cáncer. Solo en nuestro país, la mala alimentación se traduce en 140 mil muertes al año.
Los especialistas afirman que la obesidad debe ser tratada como una enfermedad y subrayan la importancia de llevar a cabo intervenciones tempranas en los niños, modificando sus hábitos de alimentación y sus patrones de actividad física. Es preciso disminuir la exposición de los niños y adolescentes a la comida ultraprocesada y fomentar el consumo de frutas y verduras, además del ejercicio diario, para evitar el sobrepeso y la obesidad.

El consumo de azúcares, sodio y grasas saturadas de la Argentina supera los niveles recomendados por la OMS. En ese sentido la reciente aprobación de la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos es un gran paso a favor de la educación alimentaria ya que obliga a las empresas alimenticias a alertar con un sello identificatorio sobre los excesos de sodio, azúcar o grasas saturadas de sus productos. Además, deberán informar si un producto contiene proteína o edulcorantes artificiales para desalentar su consumo en todas las edades, especialmente en los más pequeños, ya que son perjudiciales para su salud.

Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS)

Karina Pontoriero

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11 noviembre, 2019

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado es factor de riesgo para contraer enfermedades no transmisibles como Diabetes Tipo II, enfermedades cardíacas, ACV y algunos tipos de cáncer (de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan. A nivel mundial, se ha dado un aumento en la ingesta de alimentos procesados con alto contenido calórico y ricos en grasas y azúcares;  sumado a un descenso de la actividad física debido, entre otros factores, a la urbanización y el aumento de formas de trabajo sedentarias.

A continuación, compartimos 8 datos publicados por la Organización Mundial de la Salud que permiten tomar dimensión de la situación mundial actual respecto de la Obesidad*:

 

  1. La obesidad se ha triplicado en todo el mundo desde 1975 a la fecha.
  2. Más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tienen sobrepeso
  3. Entre aquellos adultos, más de 650 millones son obesos.
  4. El 39% de las personas adultas de 18 o más años tienen sobrepeso.
  5. El 13% de las personas adultas son obesas.
  6. La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.
  7. 41 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso o son obesos.
  8. Más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) tienen sobrepeso u obesidad.

La buena noticia es que el sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Es importante educar desde pequeños en la elección de alimentos saludables y la importancia de realizar actividad física periódicamente.

Limitar la ingesta de azúcares, aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos y realizar una actividad física periódica son iniciativas que ayudan a prevenir el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles mencionadas anteriormente.

Fuente: Organización Mundial de la Salud
*Datos de 2016 publicados por la OMS

Karina Pontoriero

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29 enero, 2019

La malnutrición por exceso de peso es el problema más frecuente dentro de la población infantil y adolescente que se atiende en el sistema público. El sobrepeso afecta al 37 por ciento de los chicos de 10 a 19 años y crece a medida que aumenta la edad. Estos datos figuran en un informe conjunto elaborado por la Dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia y el Programa Sumar, que implementa la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación.

“El problema más grave que estamos padeciendo, a nivel de pandemia, en la región y en nuestro país, es la obesidad y el sobrepeso en general y especialmente en niños, niñas y adolescentes”, definió Mario Kaler, secretario de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Riesgos de la Secretaría de Gobierno de Salud, durante la presentación del informe.

Para el especialista en Salud de UNICEF Argentina, Fernando Zingman, “la obesidad afecta de manera significativa a niños, niñas y adolescentes que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeconómica y que cuentan sólo con el sistema público de salud”.

Del análisis de los datos se observa que el sobrepeso en los distintos grupos de edad se mantuvo relativamente estable, por arriba del 18%, y se incrementó levemente en el tramo adolescente, en donde llegó a 21,9%. La obesidad, en cambio, tuvo un crecimiento sostenido a lo largo de los distintos rangos etarios, siendo del 6,8% en menores de 2 años y llegando al 18,1% en el grupo de 6 a 9 años, para luego disminuir levemente entre los adolescentes a un 15,1%.

Por el contrario, el informe destaca que el adelgazamiento (emaciación) y el bajo peso fueron fenómenos de entre 3 y 4 veces menor prevalencia que la malnutrición por exceso de peso (sobrepeso y obesidad) a lo largo de los distintos años y entre los diferentes grupos de edad, en tanto que los problemas de déficit nutricional manifestaron una tendencia a la baja y los relacionados con sobrepeso y obesidad aumentaron año a año. Si bien la problemática del déficit de peso o talla sigue siendo un problema de salud pública, el exceso es la más prevalente y se encuentra en permanente crecimiento.

Así, mientras que el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) afectó en 2016 al 31,1% de los niños, niñas y adolescentes y la obesidad fue del 13%, el déficit englobado en emaciación, bajo peso y baja talla se mantuvo estable en período considerado, con una leve tendencia a la baja hasta llegar al 8,1%. Asimismo, se observa un crecimiento del exceso de peso de cinco puntos porcentuales desde 2014 a 2016. De esta forma, la malnutrición por exceso de peso, concluye el informe, es el problema más frecuente dentro de la población infantil y adolescente reportado por las trazadoras del Programa SUMAR.

Resulta relevante destacar que dicho informe no es un estudio representativo de la situación nutricional de todos los niños, niñas y adolescentes entre 0 y 19 años de cada una de las jurisdicciones bajo análisis, sino que aporta información sobre la población de 0 a 19 años que se atiende en el subsector público, beneficiarios del programa SUMAR y que cumplen con ciertos criterios de elegibilidad, denominados trazadoras.

Fuente: Secretaría de Salud de la Nación

 

Karina Pontoriero

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31 octubre, 2017

De acuerdo con un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de niños y adolescentes con obesidad se multiplicó por 10 en el mundo en los últimos 40 años. El estudio, dirigido por el Imperial College de Londres junto con la OMS, indica que, de mantenerse esta tendencia, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con bajo peso. Para realizar este informe se analizaron el peso y la altura de cerca de 130 millones de individuos mayores de 5 años, una cifra que lo convierte en el estudio epidemiológico que ha incluido al mayor número de personas.

Las tasas mundiales de obesidad de la población infantil y adolescente aumentaron desde menos de un 1% en 1975 hasta casi un 6% en las nenas (50 millones) y cerca de un 8% en los varones (74 millones) en 2016. El número de chicos obesos de 5 a 19 años de edad se multiplicó por 10 a nivel mundial pasando de los 11 millones de 1975 a los 124 millones de 2016.

El Profesor Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College de Londres y autor principal del estudio, advierte que “si la tendencia actual no varía, toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y tendrá un riesgo más elevado de sufrir enfermedades.”

“Generar hábitos alimenticios saludables es fundamental para prevenir, a mediano o largo plazo,  múltiples patologías, como dislipidemia, hipertensión, diabetes y/o enfermedades cardio y cerebro vasculares, que conllevan un alta carga de morbi-mortalidad”, explica el Dr. Agustín Apesteguía, Gerente Médico de Acudir.

Algunos consejos para los adultos responsables:

  • Es necesario reducir el consumo de alimentos con alto contenido calórico y bajo valor nutricional incorporando más frutas, verduras y carnes magras a la dieta de los chicos.
  • Tratar de que usen menos las pantallas (tablets, playstation, celulares) que incentivan a una vida sedentaria
  • Fomentar la actividad física por medio del deporte y la recreación activa.

gabriel

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