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3 diciembre, 2018

En cualquier momento y en cualquier lugar puede ocurrir un paro cardiorrespiratorio. Las enfermedades cardiovasculares están entre las primeras causas de fallecimiento en todo el mundo y, entre ellas, un lugar destacado es para la muerte súbita.

Sólo en Argentina se producen alrededor de 40.000 muertes súbitas al año y el 70% de ellas se dan fuera del ámbito hospitalario; es decir en el hogar, en el colegio, en el trabajo o en la vía pública. “Estas estadísticas podrían disminuir si más personas supieran realizar Reanimación Cardiopulmonar y si hubieran más Desfibriladores Externos Automáticos en espacios públicos”, explica el Dr. Miguel Pedraza, Director Médico de Acudir. Es por eso que resulta fundamental que toda la comunidad esté preparada para activar el sistema de emergencia, que consiste en cuatro pasos fundamentales:

  1. Reconocer la situación.
  2. Llamar o pedir que alguien llame a una ambulancia.
  3. Comenzar con las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
  4. Utilizar el Desfibrilador Externo Automático (DEA), en caso de disponer de uno.

Si a una víctima se le realizan maniobras de RCP dentro de los primeros 5 minutos del paro cardiorrespiratorio, hay cerca de un 80% de chances de que sobreviva. Por cada minuto que pasa sin realizar maniobras de RCP, se pierden un 10% de posibilidades de recuperación o sobrevida del paciente. Entonces, cuantas más personas estén entrenadas en la realización de RCP y uso del DEA, habrá más posibilidades para todos. La muerte súbita es una situación de emergencia dramática. Estar preparados es fundamental para minimizar secuelas y salvar vidas.

La Ley Nacional Nº 27.159 exige la instalación de Desfibriladores Externos Automáticos de acceso público en espacios públicos y privados de concurrencia masiva, con el fin de brindar una desfibrilación inmediata a una persona en paro. Dichos establecimientos deben contar con personal capacitado para el uso del DEA.  A su vez, la Ley N° 26.835 de Promoción y Capacitación en las técnicas de Reanimación Cardiopulmonar Básicas, busca difundir la práctica de RCP en colegios, terciarios e institutos de adultos, siguiendo las normativas internacionalmente aceptadas.

Cumplir con estas leyes, disponiendo de DEAs en lugares estratégicos y contando con personal no sanitario entrenado en su uso y en la realización de maniobras de RCP, convertirá a los colegios y demás espacios públicos o privados en Espacios Cardioprotegidos. Las personas capacitadas son las primeras que deberán responder en situaciones de emergencia y actuarán en coordinación con un sistema médico de emergencias.

El número de emergencias cardiovasculares de alumnos en los colegios es, anualmente, de 1 episodio cada 100.000 personas. “Estas muertes tienen un  impacto dramático en la sociedad, ya que se presentan en personas jóvenes y aparentemente sanas. Por otro lado, se pierden muchos años potenciales de expectativa de vida”, manifiesta el Dr. Pedraza. Estos números se multiplican por 4 cuando se trata del personal adulto que se desempeña en las instituciones educativas. De allí se desprende la necesidad de que tanto las entidades como las personas que concurren a diario estén preparadas para atender una situación crítica.

La Fundación Cardiológica Argentina (FCA) destaca que la implementación de programas de RCP y manejo del DEA lograron incrementar la satisfacción de la comunidad educativa en relación a la percepción y el compromiso del colegio con la salud y la seguridad de sus alumnos y personal.

¿Un niño puede hacer RCP?

La Organización Mundial de la Salud llevó adelante la campaña “Los niños pueden salvar vidas”, para difundir la enseñanza de RCP y manejo del DEA a todos los chicos del mundo, desde los 12 años. En niños menores se pueden ofrecer programas adaptados y reforzar su entrenamiento y conocimientos cuando sean más grandes. De todas formas, según la FCA, está demostrado que niños de 6 años pueden llegar a utilizar exitosamente un DEA. Además, es sabido que los niños y jóvenes son agentes de cambio y que todo lo que ellos aprendan será replicado en sus familias, transformándose en una interesante cadena de transmisión de conocimientos.

Convertir el colegio en un Espacio Cardioprotegido

Con más de 15 años de experiencia en el ámbito de la Emergentología, Acudir lleva adelante un completo programa de asesoramiento para Instituciones Educativas y Deportivas, Empresas y Fábricas –entre otros-, en el proceso de creación de un Espacio Cardioprotegido. Sus acciones incluyen una visita y evaluación de la estructura edilicia, sugerencia en cuanto a cantidad de DEAs y personal a capacitar, ubicación ideal del DEA (debe estar en un sitio visible y accesible a todos); capacitaciones en RCP de alta calidad, simulacros y articulación con el sistema de Emergencias. Una vez que todo el sistema esté en correcto funcionamiento, los instructores –profesionales médicos certificados por la American Heart Association y miembros del Consejo Argentino de Reanimación– entregarán a la institución un Certificado de  Cardioasistencia/Cardioprotección emitido por Acudir Emergencias Médicas, con validez por 2 años.

Karina Pontoriero

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1 junio, 2018

Hace 134 años, el 2 de junio de 1884, se creó la primera Sociedad de Bomberos Voluntarios de la República. En aquellos años, las construcciones solían ser de madera y zinc, dos materiales altamente peligrosos. Concientes de que era necesario estar prevenidos para afrontar cualquier eventualidad, algunas personas solidarias decidieron fundar la “Sociedad Pompieri Voluntari della Boca”. En este barrio porteño comenzó todo y poco a poco se fueron sumando nuevas sociedades, hasta llegar a las más de 650 Asociaciones de Bomberos Voluntarios que hoy pueblan el país.

Leonardo siempre quiso ser bombero, pero recién se animó cuando estaba cerca de los 30, en el año 2011. “Me formé en el cuartel de Merlo; luego pasé al cuartel central en San Antonio de Padua y hoy estoy en el cuartel central de Marcos Paz”, enumera.  La historia de Daniel empezó mucho antes: entró al cuartel de Hurlingham a los 15 años, casi 40 años atrás.

¿Qué es lo que más valoran de ser bomberos voluntarios?

Leonardo: El compañerismo y la familia que se forma en el cuartel, donde todo se hace en equipo y sin esperar nada a cambio. Cuando alguien necesita ayuda, siempre hay otra persona para tenderle una mano.

Daniel: Llegar a tiempo y un exitoso final en cualquier intervención es lo que más valoro. Y el apoyo incondicional de la familia, porque los servicios nos quitan muchas veces tiempo que no compartimos con ellos.

Ayudar a quien está atravesando un mal momento parece ser el punto en común entre ser bombero y ser paramédico de Acudir. Siempre listos, como los boy scouts. “Todo lo que aprendí en mi formación como bombero – en traumas, accidentes, rescates -, me  sirvió para comprender más fácilmente el trabajo en la ambulancia. A su vez, todas las capacitaciones que recibí en Acudir,  me ayudaron a mejorar tanto en la empresa como en mi trabajo en el cuartel en todo lo relacionado con asistencia a las víctimas, por ejemplo”, cuenta Leonardo.

Son voluntarios, extinguen incendios, rescatan y salvan vidas, entre muchísimas otras tareas por las que no reciben ningún tipo de remuneración. Y tampoco la esperan. “Yo jamás lo haría por un sueldo y todos los bomberos que conozco piensan igual”, asegura Leonardo. “El agradecimiento y el saber que ayudaste a alguien es suficiente”, completa Daniel.  Y Leonardo asiente: “El mejor pago es el agradecimiento de la gente; cuando te saludan o te aplauden en un desfile, a veces, me emociono hasta las lágrimas.”

 

      

 

gabriel

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