
Qué pasa cuando dormimos mal
Un buen descanso ayuda a llevar una vida más saludable. Un cuerpo que ha descansado estará más recuperado que uno que no llega a dormir 8 horas.
Lograr un sueño reparador trae aparejado una serie de beneficios para nuestro organismo:
- El sistema inmunológico se fortalece
- Aumentan la memoria y la concentración
- La presión sanguínea se normaliza
- Mejora el humor
- Es más fácil mantener un peso saludable
- Se siente mayor energía
Por el contrario, cuando no se descansa bien, el rendimiento escolar o laboral se ve deteriorado, las personas están más irritables y su estado de ánimo es cambiante. La falta de sueño favorece el desarrollo de trastornos de ansiedad y depresión. A su vez, aumentan las chances de tener un accidente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) categoriza los trastornos del sueño en primarios y secundarios. Entre los trastornos primarios, el más frecuente es el Insomnio, que se define como la dificultad para conciliar o mantener el sueño o una sensación de sueño poco reparador que provoca malestar e interfiere con las actividades sociales y laborales. Otro trastorno primario es la Hipersomnia o Somnolencia, que causa sueño excesivo durante el día.
Los trastornos secundarios están relacionados con enfermedades. Uno de los más populares es la Apnea obstructiva del sueño, que es la interrupción momentánea de la respiración durante el sueño. Se trata de una pausa breve que la persona no siempre advierte, pero que le produce un sueño ligero, no reparador. Esta afección es más común en personas con sobrepeso u obesidad y debe ser tratada para evitar complicaciones graves, como un ataque cardíaco.
Hay algunas actividades o hábitos que facilitan el buen descanso. Llevar una alimentación saludable y realizar actividad física ayudan a mantenerse alerta durante el día y dormir bien de noche. A su vez, es recomendable evitar el consumo de café, alcohol, chocolate o bebidas energizantes durante la noche.
Fuente: OMS