
Por una Argentina sin Chagas: La importancia de detectar la enfermedad a tiempo
El Mal de Chagas es una enfermedad de origen rural y potencialmente mortal, que se encuentra en al menos 21 zonas endémicas de América Latina. Es causada por un parásito, el Tripanosoma cruzi y se contrae, principalmente, a través de la picadura de una vinchuca o por consumo de alimentos contaminados con heces u orina de este insecto. La infección también puede producirse por transfusiones de sangre, donación de órganos o de forma congénita. De acuerdo con un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la transmisión de una madre a su hijo es hoy la principal fuente de contagio.
Se calcula que en el mundo hay unas 6 a 7 millones de personas padecen esta enfermedad que, detectada en sus etapas iniciales, es curable en casi el 100% de los casos. A medida que la enfermedad avanza, la efectividad de los tratamientos va disminuyendo. Es por eso que desde el Ministerio de Salud de la Nación hacen hincapié en la importancia del diagnóstico precoz en embarazadas y el tratamiento de los recién nacidos.
La enfermedad de Chagas tiene dos fases claramente diferenciadas: La fase aguda se extiende durante unos dos meses después de contraída la infección. En esta etapa circulan una gran cantidad de parásitos por la sangre, pero los síntomas son leves e inespecíficos. Un signo inicial característico para detectar la enfermedad podría ser una lesión en la piel o la hinchazón amoratada de un párpado. Otros síntomas son fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
La siguiente fase es la fase crónica, que se da cuando los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardiaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardiacas o insuficiencia cardíaca progresiva.
No hay vacuna para el Mal de Chagas, por eso es fundamental la prevención y detección temprana de la enfermedad para tener acceso a un tratamiento más eficaz. Es que debido al gran número de animales silvestres que sirven de reservorio a este parásito en las Américas, no puede erradicarse.
Medidas de prevención:
- Mantener la casa limpia, ordenada y desinfectada.
- Colocar mosquiteros
- Tapar o rellenar grietas o agujeros en las paredes y techos
- Mantener buenas prácticas higiénicas en la preparación, el transporte, el almacenamiento y el consumo de los alimentos.
Fuente: OMS